Cuando tienes mucho que decir se ve y se
siente, y en error se entra si intentas hablar con alguien que no quiere
escuchar, no hay mejor oyente que una hoja de Word vacía, que una hoja en
blanco.
Había asistido a una fiesta de un viejo
compañero de la preparatoria, al entrar me encontré con varios amigos de
aquellas épocas también, y con unos frecuentaba aún. Me dispuse a conversar
como en cualquier fiesta, quizá intentando ser social, quizá intentando ser
normal. Que desagradable chapuzón darte cuenta que la mayoría prefiere mirar a
sus teléfonos, aburrirse de una forma menos solitaria.
De mis conocidos había dos o tres sin
pareja, no obstante, no tenia mas amigos en común y mis amigos cercanos estaban
con sus parejas que también son mis amigos, fue una sensación conocida de
soledad, del reto de la soltería, y sin embargo no pase mal. Bebí un poco y
después de mi cuenta que no tenia nada que hacer en esa fiesta, no hay nada
para mi le dije al cumpleañero antes de irme, abrace a mis otros colegas y subí
al auto.
Al llegar a mi casa llame a una amiga para
ver si nos hacíamos compañía, no estaba en su casa, me recosté y dormí por un
momento, se me abrieron los ojos al darme cuenta que aún seguía sintiéndome
solo sin ella, quizá es utópica la felicidad de estar soltero mientras tus
amigos están con sus parejas a tu lado, quizá sea utópica la felicidad que los
solteros deberían sentir cuando no están abordando a nadie y los demás del
mismo espacio sí.
Claro que me siento tranquilo y en paz la
mayoría de veces a solas, haciendo mis cosas, ocupando el tiempo y espacio para
mí, pero como no sentirse solo cuando en un espacio el objetivo o el tema del
momento es estar acompañado. Por eso una gran regla es que los solteros deben
salir con otros solteros.
A gran decepción mía pensé que esta
temporada de soltería iba a ser igual de divertida que otras anteriores, no
obstante, esta ha sido la peor. En otras solterías, salía, tenia amigos, era
cuasi popular, me divertía, disfrutaba poder hacerle los ojitos a cualquier
chica, pero esta vez, nada es igual, debo oler a soledad, quizá ella me dejo
oliendo así, y es mi culpa por acercarme ella olía así cuando le conocí, quizá
este olor es transferible, pero en mi caso, no le deseo esto a nadie, quiero
aprender bien todo lo que me tenga que enseñar esta etapa y volver a ser un
soltero feliz y popular lleno de amigos como lo fui alguna vez.
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