“La vida no se me ha hecho tan sencilla
desde hace poco, la realidad en golpe de un adiós me ha caído en los dedos y en
la espalda. Caminaba hacia los baños como una magdalena, en todo el esplendor
de un drama, llorando mientras varias personas me observaban quizá asustados o
de forma burlona. La vida da vueltas y así pasó con ella, en un momento con un
no te quiero arranco lo poco de esperanza que quedaba en mí, y así pasó, así me
golpeo la realidad”
Recuerdo como la besaba en las mañanas,
como la observaba cuando yo me despertaba primero, era un momento único: su
rostro con la mueca más real de sueño profundo, con los pechos descubiertos,
abrazándome o tomando alguna posición extraña a un lado de la cama. No sé cómo cambio
de eso a esto, en un abrir y cerrar de ojos pase de ser un novio a escribir sus
recuerdos como para intentar no perderla completamente.
Sigo asistiendo a terapia y mi terapista no
puede esconder su voluntad por hacerme ver, creer o convencer de que “cosas
mejores vendrán”, como para ayudar con el duelo de una relación larga, y estoy
de acuerdo con la idea del constante y eterno cambio, no obstante, me voy
preguntando mucho tiempo, ¿Cuándo parar?, hace poco estaba seguro de que debía
“parquearme” en oficializar, pero con cobardía, claro. El paso de soltero a un
señor de familia resulta complejo para un círculo social que contempla consejos
y frases como: eres muy joven, aun no terminas tu carrera, o hay chicas más
guapas.
Ahora me doy cuenta que en la indecisión
también se peca, y para no volver a cometer el mismo error de quedarse sin
nada, a la próxima oportunidad muchos se echan al ruedo por miedo a quedarse de
nuevo solo. Muchos se sustentan en que “mejores cosas vendrán” y van por el
mundo probando y se dan cuenta después de que ya no podrían establecer algo
serio
2016
2016
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